Instintos, pensamientos, acciones y emociones

Todas las personas tenemos instintos, pensamientos, acciones y emociones, y conocer un poco más al respecto de estas características del ser humano, nos ayudarán a comprender el funcionamiento de nosotros mismos. El desarrollo integral del hombre, su crecimiento pasa no solo por mejorar en lo físico, sino también por mejorar en lo espiritual. Casi todos conocemos la frase "Mente sana en cuerpo sano", una frase que nos recuerda las bondades del deporte, para tener una mente sana. Pero la frase original perteneciente al escritor Juvenal dice "orandum est ut sit mens sana in corpore sano", y significa que es nuestra oración, nuestra plegaria la que nos da la salud de nuestra mente y de nuestro cuerpo. No importa si tenemos una religión o si asistimos a las reuniones de alguna organización en particular, esto es asunto personal de cada uno, no se trata este artículo de hacer proselitismo, pero si de comunicar que cuando le hablamos al Creador del Universo, a través de la oración personal, todo nuestro cuerpo y nuestra mente se sanan y se fortalecen.

Pero ¿qué es lo que tenemos que sanar? ¿Acaso estamos enfermos?  Si entendemos por enfermedad el vernos afectados en nuestro estado de salud la respuesta puede ser "si", o por lo menos "tal vez". ¿Cómo podemos saber si estamos enfermos? Todos podemos reconocer cuando estamos físicamente enfermos... nos duele aquí, nos duele allá, hacemos fiebre... pero ¿cómo reconocemos una enfermedad espiritual? La respuesta está en las siguientes líneas:

La enfermedad espiritual tiene sus síntomas y el principal de ellos es la tristeza. La tristeza conduce a la depresión, a la angustia y una vez que nuestro espíritu se enferma, el proceso es seguido por nuestro cuerpo. Por lo tanto una enseñanza que queremos transmitir como remedio y vacuna contra esta enfermedad, es el estar siempre alegres... y solo podemos estar siempre alegres, cuando tenemos confianza en el Creador del Universo y sabemos que todo lo que nos pasa, es absolutamente para nuestro bien. Claro que no podremos confiar en el Creador si no lo conocemos... y nunca lo conoceremos si no hablamos a diario con El, aunque sean como mínimo 10 minutos al día contándole nuestras inquietudes, nuestros temores, nuestros anhelos... todo lo que tengamos para contarle, de la misma forma que lo haríamos con un amigo.

Todos entrenamos nuestro cuerpo, hacemos 3, 5, 10 K, luego queremos 21, 42 y por qué no una ultra de 100k pero... ¿cuánto entrenamos nuestro interior? ¿Estamos dispuestos a por lo menos dedicar 10 minutos al día charlando con el Creador? ¿Cuánto tiempo le dedicamos por día a la televisión, al facebook, a enviar mensajes de texto por celular? ¿Y cuánto tiempo le estamos dedicando a nuestro Padre Celestial? Si la respuesta es nada... es posible que nos encontremos enfermos.
Cuando enferamos espiritualmente nos sentimos tristes, y la tristeza nos conduce a cosas malas, a pensamientos negativos, a actitudes que nos hacen sentir mal con nosotros mismos, comportamientos obsenos... todo tipo de cosas que en lugar de hacernos sentir bien, nos hace sentir mal y nos provoca sufrimiento.

Luchando contra nuestra parte animal

Existe una lucha interior que tiene cada persona con aquello que podríamos llamar su "parte animal"... esta lucha no solo se da por ejemplo en lo que respecta al trabajo físico, sino también por ejemplo con el trabajo interior. 

Imaginemos por ejemplo que tenemos que viajar temprano para correr una carrera en el interior del país y nuestra parte animal, nuestros instintos...nos impulsan a seguir durmiendo, podemos llegar a sentir en nuestro interior una voz que nos dice "para que te vas a levantar, quedate durmiendo"... y si la escuchamos...al levantarnos y ver que nuestra carrera pasó... seguramente nos sentiremos mal con nosotros mismos, por habernos fallado... fallamos a nosotros y fallamos al equipo, si es que avisamos que estaríamos presentes y finalmente no fuimos.

Pensar en los demás y no solo en uno mismo

Pensemos por ejemplo en la hidratación, en un carrera en la cual hay poca agua... una conducta animal que hemos visto en varias carreras, es la de por ejemplo tomar varias bolsitas de agua y cargarlas para estar bien abastecidos... esta actitud que realizan algunos corredores, va en perjucio de los que viniendo más rezagados, pueden quedar sin agua al llegar a dicho puesto, perjudicándolos en su rendimiento y su salud física. A un perro posiblemente no le podamos pedir que aprenda a compartir, porque su comportamiento es muy instintivo, pero a una persona si se lo podemos pedir, porque su naturaleza le permite llegar a alcanzar una actitud solidaria hacia los demás, una actitud en la cual no solo piense en si mismo, sino también en los demás.

Manteniendo un buen estado de ánimo

Al completar una carrera, todos estamos cansados... pero cuando tenemos compañeros que aún no han llegado - sean estos de nuestro equipo o no... pero ¿estamos dispuestos a aguardar en la meta y aplaudir su llegada o será que solo pensaremos en nuestras necesidades personales? Vemos en casi todas las carreras, sobre todo en las de recorrido más duro, que compañeros que ya han terminado, salen a correr "otra vuelta", solidarízándose con aquellos que no han llegado... es decir que ya no solo esperan, sino que además van "en busca de..." , por el contrario podemos sentir una gran decepción cuando vemos que a pesar de que nosotros aún no hemos llegado, para otros el evento ya ha terminado y se van a sus casas, justo por el camino que nosotros estamos recorriendo para llegar ¿les ha pasado de sentirse mal ante una situación de este tipo? ¿Cómo deberíamos reaccionar ante la misma? Lo primero que debemos hacer es comprender que posiblemente esa persona, no se da cuenta del daño anímico que puede llegar a causarle a otros corredores, lo hace sin darse cuenta y seguramente sin intenciones de dañar a nadie... pero en esos momentos debemos pensar que no importa lo que otros hayan decidido hacer, nosotros debemos continuar sin dejarnos desfallecer y seguir adelante y nuestra entrada no debe ser jamás la de un derrotado, sino que debe ser una entrada digna, triunfal porque nada más ni nada menos, estamos cumpliendo con nuestro objetivo, estamos completando una carrera más.

Una alimentación elevada

Otro plano en el cual podemos llegar a tener lucha con nuestros instintos es con la comida y la bebida. Cuando llevamos una vida desordenada, nos acostumbramos a comer y beber cualquier cosa, pero cuando empezamos a poner "la casa" en orden, sabemos que hay cosas que no nos hacen bien, que dañan nuestra salud, que nos afectan en el rendimiento físico, nos deprimen emocionalmente, etc. En cambio sabemos que hay alimentos que nos son favorables. Cada persona debería conocer su organismo y comprender como funciona con cada alimento, pero hay algunos "alimentos" que no solo no aportan nada a nuestro organismo sino que lo perjudican, como por ejemplo las grasas animales, las gaseosas, el consumo excesivo de alcohol, los productos llenos de colorantes y saborizantes artificiales... por otro lado sabemos que las frutas, las verduras, la carne magra no comida en excesos, el agua... todo eso contribuye al bienestar de nuestro cuerpo y de nuestra salud mental, emocional y espiritual. El comer en un ambiente de paz, de amistad, dando gracias al Creador por los alimentos, es también parte esencial de la alimentación y es lo que puede diferenciar nuestra alimentación, también de la alimentación de los animales quienes simplemente comen...

Actitud Positiva

En cada carrera y en la vida, es importante mantener una actitud positiva. En cada carrera escuchamos que la gente nos grita ¡si, se puede! ¡si, se puede! Aunque quienes nos gritan muchas veces no corran ni el ómnibus, ellos saben en su interior que se puede... solo que tal vez no se animan a realizarlo. Lo mismo pasa en todas las áreas de la vida, muchas veces nosotros interiormente sabemos que podemos lograr nuestras metas y anhelos personales, pero nos boicoteamos a nosotros mismos y nos resignamos con menos de lo que podríamos tener.

Hay una historia muy conocida que dice que un huevo de águila fue puesto en el nido de una gallina y luego del tiempo de incubación, junto a los pollitos estaba el aguilucho a quien se lo había criado convencido de que era una gallina. A pesar de ser un águila, imitaba día a día el comportamiento de las gallinas y no conocía otro opción, hasta el día que vio volar un gran águila en el cielo y sintío ganas de volar. Los pollos y gallinas que la rodeaban le dijeron que no inventara cosas raras, que estuviera contenta como gallina... pero el Gran Aguila descendió y le dijo "¡vuela! No te conformes con ser una gallina o un pollo, eres un águila tu también y estás hecho para volar muy alto! Así que vuela! El aguilucho voló y nunca más le importó su pasado... no le importó saber que había sido criado entre gallinas, desde ese momento asumió que era un águila y se dedicó a volar.


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